domingo, 29 de enero de 2023

Este es mi último libro,  dedicado a mis padres y a mis suegros, en el que cuento en primer lugar el paso de mi suegro por la Guerra Civil del 36. He plasmado su experiencia como si nos la contara él mismo cuando ya venía de vuelta a su casa liberado del Campo de Concentración de La Santa Espina, en Valladolid. A continuación he narrado la vida de mis padres en dos partes: la primera cuento sus vidas desde que nacieron, y la segunda parte la he dedicado a la emigración que tuvieron que soportar durante dos décadas. El libro es un homenaje a ellos, y lo he titulado "Vidas Anónimas" porque realmente fueron personas anónimas, pero con una vida interesante, desconocida, y yo he tratado con este libro que no quede en el olvido, al menos para sus descendientes. Al final le he adicionado una veintena de cartas que casualmente cayeron en mis manos, que un hermano de mi suegra, José, escribió a Gloria, su mujer desde el frente, donde desgraciadamente perdió su vida en Teruel.
 


miércoles, 14 de octubre de 2020

ANTIGUO CAMINO DE JAEN A CORDOBA


Tengo por costumbre pasear mucho por las carreteras de nuestro término y de los pueblos aledaños, pero apenas tengo información de algunos lugares en los que he estado en ocasiones. El domingo pasado, después de pasear por la Torre Alcázar, fuimos Manolo Hermoso, Juan Ortega y yo a un lugar cerca de Villardompardo. Alguna vez estuve allí, pero no tenía información de aquel lugar. Para mi sorpresa Manolo nos comentó que estábamos ante el antiguo camino de Jaén a Córdoba. Recorrimos unos centenares de metros porque al camino está casi desaparecido, y lo que persiste está lleno de árboles y matorrales, que impiden transitar con normalidad, y delimitado por piedras, e incluso hay zonas en las que se mantiene el empedrado del camino.

Como tantas otras cosas, no estaría mal que ese camino, lo poco que de él queda, se limpiase y se mantuviese, como se hace con algunos edificios antiguos para que no desaparezca con el tiempo y permanezca como testigo de lo que fue.













martes, 13 de octubre de 2020

LAS TRINCHERAS DE LA TORRE ALCAZAR

  Contaba con la edad de nueve o diez años, cuando por primera vez mi padre me llevó a la Torre Alcázar. Mi padre se dedicaba a la venta ambulante con su motocarro por los cortijos de nuestro término en la temporada de la recolección de la aceituna, y alguna vez que otra me dejaba que le acompañase. Solo fui una vez, y nunca mas volví a ir, a pesar de que en cientos de ocasiones he estado en la falda de la colina donde su ubica la torre. Ha sido a raíz de haber tenido conocimiento de la existencia de una fotografía de un bombardeo del lugar durante la guerra civil, cuando ha surgido mi interés por visitar el sitio y ver lo que allí se conserva todavía. El domingo pasado lo hice, acompañado de mis amigos, Manolo Hermoso y Juan Ortega. Mi sorpresa fue ver que, aunque algo difuminadas, resisten al paso del tiempo las trincheras de la guerra. Hice algunas fotografías, de las que muestro algunas en las que se aprecia mejor, ese entramado de zanjas y hoyos donde se resguardaban los combatientes republicanos, situados frente a la línea divisoria de las dos zonas que estaba en Porcuna